A veces uno comienza haciendo las cosas bien, pero no acaban saliendo lo bien que uno quiere. Este fin de semana ha pasado eso. Tras una semana de entrenos buenos, hoy me tocaba salir a correr largo, el plan eran 15km. Era el día que tocaba ir tranquilo pero mucho rato corriendo. La verdad es que tras 300 metros me he tenido que dar la vuelta. Me dolía la espalda y cada zancada izquierda, me percutía y me dolía. Así que media vuelta y pa casa. No es lo mejor del mundo pero mejor eso que llegar destrozado una hora y media después.
La semana había sido muy positiva. Había dado mucha caña al músculo, a la fuerza, a la técnica de carrera. 3 día de natación... seguro que me he pasado. Ahora toca drogarse un pelo y volver lo antes posible, con cuiado, porque no me sobra ni un día.
Por otr lado, el sábado fue alucinante porque a mi enana la cogieron en el equipo de natación sincronizada de Alcobendas. Fue una experiencia muy curiosa porque estaban algunos padres un poco frikis, de esos que dan un poco de miedo, que piensas que no sabes si el que hace la prueba es el padre o el hijo. Mara lo hizo fenomenal, nadando como una campeona e increiblemente la cogieron en un grupo no muy grande, lo cual nos sorprendió más. Todos parecían saber lo que tenían que hacer los niños, habían entrenado y praticado un mes para la prueba, eh?. Nosotros nada, no sabíamos ni que tenía que hacer. Al final la cogen y entrena 2 horas los sábados y 2 los domingos. Tiene 6 añitos, no está nada mal. Luego, pensándolo, ves que ella es especial pero que igual es mucho entrenamiento, o que quizás se vuelva una pequeña niña loca... Mientras se divierta y sea feliz, bienvenido. Y que no falte el sentido común.
Y claro, al final, te das cuenta que eso se aplica a todo, es decir, que si mi espalda no puede con el entreno y dejo de disfrutar... algo tendrá que pasar.
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